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La Alquería del Pilar de Dos Hermanas, el capricho de Antonia Díaz y José Lamarque. Un jardín simbólico
Resumen
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| Antonia Díaz |
En la primera parte de este artículo se recopilan diferentes textos de autores que conocieron la Alquería del Pilar, y que sorprendidos y admirados por su belleza, decidieron dejar por escrito la descripción de los jardines, y la impresión que provocaron en su espíritu. Los dos primeros textos son de sendos amigos y contertulios de los propietarios de la Alquería: José Cascales Muñoz y José de Velilla. El último es un extracto del texto que se publicó en la Revista de Feria del año 1988. Su autor, Antonio Prieto, era hijo de una niñera que trabajó con la familia Lamarque desde 1882. En este artículo es donde se describen los jardines y los edificios de la Alquería de forma más precisa. En la segunda parte del artículo se hace una interpretación del significado de estos jardines, en los que sus propietarios dejaron reflejada su obra literaria, gustos, aficiones e ideología.
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| José Lamarque |
La Alquería en 1880
José Cascales Muñoz (1866-1934) sociólogo, escritor, periodista e historiador de la generación del 98, describe así la Alquería del Pilar, residencia de Antonia Díaz Fernández de Lamarque:
"…una mansión tan deliciosa que sólo es comparable a uno de aquellos vergeles que los califas de damasco regalaban a sus vates favoritos. Cuando yo visité aquellos extensos jardines, en cuyo centro se levanta artístico palacio, me creía transportado a la Isla encantada, donde Armida detuvo enamorada al valiente Reinaldo, y seguramente les ocurrirá lo mismo a cuantos hayan leído la inmortal obra de Tasso y contemplen aquel sitio en el que la señora de Lamarque ha escrito sus mejores libros…” 1
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| Torreón. Gabinete de Antonia Díaz |
El dramaturgo y poeta sevillano José de Velilla (1847-1904) describe los jardines y nombra algunas sus especies vegetales:
“… la casa, que asemeja antiguo castillo, se levanta, con sus torres almenadas, entre arboledas y jardines, al fin del paseo que a ella conduce, bordeado por erguidos álamos que cimbrea el viento con un manso susurro: los naranjos en primavera, esmaltan el verde color de sus hojas con el blanco del azahar, rico en olores, y en otoño con el rojizo de sus refrescantes y apetecibles fruto: más lejos el umbroso pinar resguarda de los ardores de estío, y rústico asiento rodea el tronco de un olivo centenario que ha quedado solo entre los pinos… Las flores que cría el terreno medran por todas partes al aire libre, y las begonias, las nejalias y otras plantas, que parecen de terciopelo al tacto y a la vista, desterradas de los climas tropicales, viven en la prisión de los invernaderos…"
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| Paseo de los filósofos |
“ Los álamos con la movible bóveda de sus hojas verdes y plateadas nos protegían contra los activos rayos del sol; los pájaros, en numerosos y nunca perseguidos bandos, nos daban la bienvenida con sus gorjeos; las flores y los naranjos cubiertos de azahar embalsamaban el aire tibio; reflejábase la luz solar en las perezosas aguas de la ría, y los peces, asomando a la superficie, se agolpaban hacia el embarcadero, desde el cual una mano amiga solía regalarles con el pan desmijado que era para ellos alimento sabrosísimo.”3
Escriben Marta Palenque e Isabel Román en su biografía sobre Antonia Díaz, lo que cuenta Antonio Prieto Granados, hijo de una niñera que trabajó con los Lamarque desde 1882 cuidando a sus sobrinos: “…
Antonia se había ocupado de diseñar los edificios y los jardines, cuya construcción supervisó personalmente. La calle de acceso, situada frente al Palacio de Alperiz y la carretera de de Alcalá, estaba flanqueada por altos cipreses. Cerca de la entrada se erguía la “Cruz de los Caballeros” de 1645, que había sido trasladada por Lamarque desde Tablada en 1876. Los extensos y magníficos jardines estaban adornados con fuentes y surtidores, escalinatas con mosaicos, y estatuas que iban formando glorietas y paseos y acogieron una rica variedad de árboles y flores. Se levantaron varios espacios: la casa principal, un pequeño edificio dedicado a pequeño museo de “Historia Natural”…,la casa del capataz y las cocheras…En un kiosco de estilo mudéjar, ya desaparecido, que estaba encima de la gruta artificial solía escribir Antonia…”4
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| La Cruz de los caballeros |
Sobre la ayuda y asesoramiento que recibió Antonia para diseñar los jardines, cabe aclarar que debió ser de la casa parisina Vilmorin-Andreux fundada en 1742, que se dedicaba a importar y exportar especies vegetales y a la plantación de jardines. No pudo haber colaborado Jean-Claude Nicolas Forestier (1861-1930), como se ha visto escrito algunas veces, pues cuando se hicieron estos jardines, este arquitecto y paisajista francés, contaba con sólo 11 años. Sí podría haber visitado los jardines de la Alquería en alguna de sus estancias en Sevilla, ya que eran muy valorados por los intelectuales sevillanos de la época, con los que Forestier, sin duda, se relacionó.
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| José Lamarque en el paseo de cipreses. Entrada de la Alquería del Pilar |
“La casa principal contaba entonces con tres entradas, la de servicio, la entrada principal, que es la que mira a mediodía, y la puerta trasera.
Delante de la fachada principal existía una glorieta con cuatro círculos bordeados de palmeras, de las cuales aún viven algunas; existía también un templete de unos 3,5 metros con el busto de Cristóbal Colón, y por delante del círculo de palmeras, estatuas más pequeñas con los medios bustos de todos los personajes que intervinieron en el descubrimiento de América.
Delante de la puerta trasera, justo frente a la puerta principal, después de una escalinata de mosaicos con leones a los lados, existía una fuente con surtidores y estatua central, rodeada de guardilla de boje fino (planta). A continuación se subía otra escalinata de mosaicos, al final de la cual se encontraba un paseo nominado de los ciclamores, pues estaba bordeado de clicames, que es un árbol que posee una bellísimas flores que le florecen en el tronco y las ramas principales, y de varios postes con estatuas representando los principales filósofos griegos de tamaño natural; dicho paseo remataba en un círculo con la estatua del segador (según las descripciones que he oído se trataría de Mercurio) en el centro y alrededor varias figuras de escritores de la literatura clásica.”
Además, y por su alrededor, la vivienda contaba con numerosos jardines en los cuales abundaban los arcos de rosales de enredaderas, yedras, etc., así como árboles florales como eran magnolios, jacarandas, paraísos, etc. Existieron también unos pinos,…, que medían de uno a un metro y medio de diámetro y se le contabilizaron por las corrientes de savia 270 años y algunos más.
| Estatua de Mercurio |
Justo encima de la gruta (hoy tapiada) que se encuentra al lado del bar existió un kiosco árabe donde solía escribir doña Antonia Díaz. Y dentro de dicha gruta se hallaban colocadas varias peceras.
Otro edificio, (hoy bar) entonces llamado de “Historia Natural”, contaba con cuatro compartimentos… Uno dedicado a aves y animales… En la segunda sala se recogían toda clase de muestra de minerales. En la tercera sala objetos y armas antiguas…. La cuarta sala estaba dedicada a conchas, caracolas de mares y océanos y piezas muy primitivas….
Otro de los edificios, hoy desaparecido, fue uno destinado a cuadras, cocheras, granero y pajar, así como para vivienda del cochero y cuidadores de las bestias. Este edificio se encontraba en la parte más alta de la finca (hoy aparcamiento), al lado se encontraba un almacén de aceitunas construido de madera con el techo de zinc. Los pilones del cocedero eran de medias tinajas de barro empotradas en mamposterías.
Las aves en la Alquería eran intocables, y eran siempre cuidadas con mucho esmero. En tiempos de J. Lamarque existía al lado de las cuadras y de las cocheras un montículo rodeado de pitas, yucas y cactus, sobre el cual se hallaba edificada una caseta rústica de unos 4 m2, a la que se subía por un pasillo estrecho en forma de caracol, a la que se denominó “la caseta de las cigüeñas”. En ella vivía una cigüeña domesticada….
En la glorieta arriba mencionada se colocaron unos comederos en alto donde se les echaba grano a los pájaros que en el parque abundaban, y casi todos ellos domésticos; quiero decir, que no huían del hombre. Estos pájaros eran de especies conocidas por: gorrión, jilgueros, chamarices, correlubias, chachapines, mirlos, ruiseñores y pájaros de entrada”.5
La descripción de los jardines no quedaría completa sin hacer una relación de las especies vegetales que poblaban estos jardines. El listado que se presenta a continuación está basado en las especies que se pueden observar actualmente y las que se nombran en las descripciones que figuran más arriba. La lista es incompleta, faltan las especies vegetales que se guardaban en invernadero y que solo se sacaban cuando el tiempo era el adecuado, y otras que por diversos motivos se hayan perdido. Por su nombre común, serían las siguientes:
Especies arbóreas: morera, casuarina, pino carrasco, eucalipto, árbol del amor, árbol de fuego, almez, paraíso, palmera datilera, jacaranda, ciprés, olivo, álamo blanco, magnolio, sauce, árbol de la pimienta, acacia de Japón y varias especies y variedades de cítricos(naranjos dulces, de sangre, amargos, mandarinos).
Loa arbustos y trepadoras estaban representado por las siguientes especies: lentisco, altea, bambú japonés, bambú divino, boj, arbusto de las mariposas, rosas de diferentes tipos, rosa de Alejandría, jazmín, mirto, laurel, adelfa, yedra, esparraguera fina, evónimo, mioporo, júpiter, pitósporo, junípero, pita, yuca y chumbera.
Descripción de los jardines y su simbolismo
Introducción
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| Plano |
Estuvo de moda, durante la segunda mitad del siglo XIX entre la aristocracia y la burguesía acomodada de Sevilla, tener residencia en Dos Hermanas y su entorno, aquí buscaban la paz del campo y un refugio para los fuertes calores del verano. Este pequeña población al sur de la capital se puso de modo por dos motivos:
Las descripciones que figuran en las novelas de la escritora e intelectual de origen alemán Fernán Caballero, que vivió en Dos Hermanas, en las que refleja, sobre todo en “La familia Alvareda”, la suave paz y tranquilidad del campo nazareno.
La construcción del ferrocarril Sevilla-Jerez-Cádiz (1860) que permitiría un acceso rápido a las numerosas fincas de verano que se construyeron en Dos Hermanas.
Breve presentación de los poetas
Antonia Díaz, y José Lamarque son poetas adscritos a la clasicista Escuela Sevillana de poesía. Antonia (1827-1892), originaria de Marchena, hija de un médico afincado en Sevilla, recibió una cuidada educación, desde muy joven leía a los poetas clásicos castellanos y sevillanos. Poetisa de mérito reconocido, comenzó a publicar en revistas en 1846. Se casó en 1861 con J. Lamarque (1828-1904). Este era hijo de francés y trianera y es autor de una obra poética de calidad desigual. Fue empresario en hierros y maderas, banquero, se dedicó a la importación exportación y fue cónsul del El Salvador, Nápoles y el Imperio Austro-Húngaro.
Amigos del pintor Valeriano Bécquer y otros poetas e intelectuales sevillanos, celebraban en su casa de la Alquería reuniones literarias y tertulias. “Esta casa y sus jardines, construidos en 1872 eran, sobre todo, y como imitando usos cortesanos de antaño, el palacio de Antonia Díaz, la 'señora' a la que los caballeros van a presentar sus respetos y sus muestras de admiración”.6
Protectores y mecenas de poetas, colaboraron en la primera edición las obras de Gustavo Adolfo Bécquer (1871). En la vejez Lamarque está en contacto con poetas jóvenes como Juan Ramón Jiménez, al que invita a seguir la senda de los escritores clásicos y a alejarse de los poetas modernistas a los que calificaba de cursis. Juan Ramón decía de los poetas sevillanos del entorno de Lamarque que eran “La peña poética sevillana del tiempo parado”
Los poetas eran de ideología conservadora, partidarios de la restauración borbónica en la figura de Alfonso XII a la que financiaron. De una profunda fe católica, practicaban asiduamente la caridad entre los vecinos de Dos Hermanas. Participaron en la restauración de la ermita de Valme y la puesta en marcha de su Romería.“Se puede calificar a Antonia Díaz como mujer delicada y bondadosa, sensible y entregada a su marido y a los necesitados. A diferencia de otras compañeras de letras, Antonia Díaz no fue de ninguna forma una amenaza para sus amigos escritores, pues supo conservar siempre su lugar”.7
Los Jardines de la Alquería
Dimensiones, limites, accesos.
La finca tenía cerca de 6 hectáreas, sus límites eran: al norte una cantera de piedra de albero y huertas, al este la carretera de Alcalá, al sur la vía del tren Sevilla-Cádiz y al Oeste la finca del Conde de Ybarra, de la que estaba separada por un ramal de vía del tren, que se usaba para sacar piedra de la cantera.
Se accedía a los jardines por una puerta situada a la altura del palacio de Alperiz, al final de la calle 28 de febrero. Otra entrada estaba situada junto a la vía del tren; esta cancela daba acceso a los andenes. En la finca había 4 edificios: la casa neo-mudéjar, el museo (hoy bar), la casa del guarda (hoy columbario) y las cocheras, caballerizas y habitaciones de los cocheros (construcción desaparecida), situadas por encima de la puerta principal.
| Estación y valla de la Alquería del Pilar |
Edificio principal
Situado en el centro de los jardines, es el elemento más atractivo, a su alrededor se distribuyen los diferentes caprichos, espacios ajardinados y paseos. Hacia él se dirigen los caminos principales. Es un edificio de estilo neo-mudéjar, con ventanas ojivales y balcones con cristaleras de colores; la almenada azotea tiene en el lado derecho una torre semejante a un alminar. Constaba de tres puertas, una orientada al sur desde la que se accedía al laberinto y el naranjal. Otra, la puerta principal, al norte, donde estaban los jardines mas interesantes y románticos, y una puerta de servicio al este.
El edificio cumple la clasicista proporcione áurea8, también llamada proporción divina. Por su estilo y proporciones este edificio hace referencia al mundo medieval, oriental y al renacimiento.
Puerta orientada al sur y laberinto:
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| Puerta sur y laberinto |
Este espacio de estilo renacentista, (el laberinto es un elemento típico de estos jardines) estaba dedicado al descubrimiento de América y a su principal autor, Cristóbal Colon, cuya figura estaba siendo revisada de forma crítica durante esos años. Esta zona tiene carácter literario e ideológico: Lamarque tiene una amplia obra épica cuyo titulo es “Cristóbal Colón” donde reivindica la figura del descubridor. Según su opinión, este personaje debería ser modelo para la España a la que Lamarque aspiraba.
El laberinto casi circular, su fuente y el círculo de palmeras parecen representar una Rosa de los Vientos, herramienta de navegación del siglo XV. La flecha que indica el norte se adivina en el diseño del otro lado de la casa (paseo de los filósofos indicando el norte). El tema del mar, como iremos viendo, se muestra de diferentes formas en otros diseños de estos jardines.
El paseo de las casuarinas y los almeces:
| Paseo de las casuarinas |
Situado perpendicular a la vía del tren existe un paseo o “alle” de casuarinas que termina cerca de la cancela que daba a los andenes de la estación. La casuarina, falso pino o árbol de la tristeza, de caedizas y oscuras ramas y tronco negro y gris, comunica sensaciones sombrías y tristes, más propias de una despedida. Las ramas de este árbol, cuando son movidas por el viento, evocan el sonido del mar en la lejanía, y nos traen el recuerdo de los amigos que se han ido.
En contraste con este melancólico paseo, hay distribuidos por todo el jardín muchos almeces. Este árbol autóctono, de hoja caduca e intrincadas ramas secundarias, da cobijo a numerosas aves, aquí hacen sus nidos y se alimentan de su pequeño y dulce fruto: la almecina. El canto de los pájaros alegra la vida y da la bienvenida al visitante, que pasea por estos bellos jardines.
Gruta y torreón medieval.
Estos dos elementos son de clara inspiración romántica. Grutas y torreones son construcciones imprescindibles en los jardines románticos alemanes e ingleses del siglo XVIII y XIX.
La gruta de la Virgen (tapiada desde 2008) estaba decorada con estalactitas, conchas y peceras. Los peces son el símbolo de Cristo para los primeros cristianos. En el mundo pagano era símbolo de fertilidad. (Antonia no pudo tener hijos). La concha es uno de los símbolos de Venus, que paso, por sincretismo, a la Virgen María.
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| Gruta aun sin tapiar. Encima estaba el torreón |
| Circulo de cipreses |
Cascada, grutesco y ría
Pasando un arco y subiendo por una romántica y corta escalera sinuosa, que va paralela al pequeño cauce en que desemboca la ría formando una cascada, se puede observar en la pared derecha un grutesco, parece la cara de un ser mitológico, motivo decorativo propio de los jardines clásicos.
La ría, de ondulada orilla, es una representación del mar con referencias al mundo medieval y andalusí. Este conjunto es de estilo romántico.
| Estado actual de la ría |
Ejes principal, secundario y escaleras. Paseo de los filósofos, columna de Mercurio y parnaso de los poetas.
Es este espacio situado al norte de la casa es donde se encuentran los diseños más interesantes de los jardines de Antonia Díaz y José Lamarque: Aquí se mezclan elementos constructivos y trazados de estilo romántico y neoclásico dando lugar a un jardín de carácter ecléctico.
| Eje principal y secundario. Paseo de los filósofos |
| Estado actual de la estatua de Mercurio |
El alminar de la casa y el pilar de Mercurio están alineados con la estrella polar. De esta forma el cielo estrellado y la noche quedaban integrados en los jardines de la Alquería del Pilar, facilitando al observador de la bóveda celeste la identificación de estrellas y constelaciones.
A la derecha del camino principal hay otros tres elementos constructivos:
Pagoda china Una pagoda china construida sobre un monte artificial: estos dos elementos se pueden ver en muchos jardines románticos (el monte Gurugú del Parque de María Luisa es un monte artificial que pertenecía a los románticos jardines de San Telmo del duque de Montpensier). La pagoda nos habla del gusto de los propietarios por el exotismo del mundo oriental tan de moda durante el romanticismo. Este tipo de construcción chinesca y caprichosa también es un elemento típico de los jardines románticos.Una fuente elíptica de estilo neoclásico, con una ninfa o Venus en el centro y rodeada de conchas, nos vuelve a sugerir el gusto de los poetas por el mundo del renacimiento.
- Una obra de piedra, que recuerda un castro o algo similar, sugiere la afición de los propietarios de la casa a la arqueología. Esta inclinación también se manifiesta en parte de los objetos que conservaban en el museo, una de cuyas salas estaba dedica a objetos y armas antiguas identificadas y catalogadas.
La Cruz de los caballeros
Este monumento hoy no está en el parque, ya que el último propietario lo retiró, antes de entregar la finca al Ayuntamiento de Dos Hermanas, en 1980.
Conclusión
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| Alegoría de la Primavera |
| Bajo relieve en la columna de Mercurio |
Bibliografía
- Francisco Paez de la Cadena. Historia de los estilos en jardinería. Ediciones Akal S.A. Colección Fundamentos. 2009.
- Adrian Von Buttlar. Jardines. Del Clasicismo y el Romanticismo. El jardín paisajista. Editorial Nerea. 1993.
- Isabel Román, Marta Palenque. Pintura, Literatura y Sociedad en la Sevilla del Siglo XIX: El Álbum de Antonia Díaz. Diputación de Sevilla. 2008
- María Isabel Román Gutiérrez, Marta Palenque Sánchez. El Silencio Será Nuestra Poesía. Antonia Díaz de Lamarque, una Escritora Sevillana del Ochocientos. Sevilla. Ayuntamiento de Sevilla. 2007.
- Marta Palenque e Isabel Román. Los límites de la escritura femenina: vida y obra literaria de Antonia Díaz de Lamarque. Alicante. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. 2008 Antonio Prieto Granados. Mis recuerdos de la Alquería (1882-1947) Revista de Feria y Fiestas. Dos Hermanas, 83,85 .1988.
- Antonio Prieto Granados. Años de 1920. Mis recuerdos. Revista de Feria. Dos Hermanas. 1992
- La Alquería, quintas y huertas de Dos Hermanas. Revista de Feria y Fiestas. Dos Hermanas. 32,38. 1983 José María Gómez.
- Evocaciones de la Alquería del Pilar. Revista de Semana Santa, s.p. 1972.Carmen Gómez Valera. Dos Hermanas: Historia, rincones y leyendas. Editorial Temporae. 2014.
- Fotos en blanco y negro: Fototeca de la Biblioteca Municipal de Dos Hermanas.
- Fotos en color: Floralqueria-Dos Hermanas.
Webgrafia
- Floralquería Dos Hermanas: https://sites.google.com/site/floralqueria/
1.- Sevilla intelectual. Sus escritores y artistas contemporáneos. 1986,67.
2.- Los límites de la escritura femenina: Vida y obra literaria de Antonia Díaz de Lamarque. Marta Palenque e Isabel Román Editado en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
3.- Homenaje y recuerdo a la Excma. Sra Dª Antonia Díaz de Lamarque, juicio crítico incluido en Poesías líricas de Antonia Díaz de Lamarque, 1893, 83-84 y 85.
4.- Antonia Díaz de Lamarque, una escritora sevillana del ochocientos. Marta Palenque e Isabel Román. Ayuntamiento de Sevilla. ICAS 2007,66.
5.- Mis recuerdo de la Alquería (1882-1947). Antonio Prieto Granados. Revista de Feria y Fiestas de Dos Hermanas. 1988, 83-85.
6.- María Isabel Román Gutiérrez, Marta Palenque Sánchez. El silencio será nuestra poesía.. Antonia Díaz de Lamarque, una Escritora Sevillana del Ochocientos. Sevilla. Ayuntamiento de Sevilla. 2007.
7.- María Isabel Román Gutiérrez, Marta Palenque Sánchez. El silencio sera nuestra poesía. Antonia Díaz de Lamarque, una Escritora Sevillana del Ochocientos. Sevilla. Ayuntamiento de Sevilla. 2007.
8.- Se puede observar en el edificio principal (10x16), el ancho de la escalera (3 m) en relación con el ancho y largo de los caminos en forma de T a los que conduce (4,80 y 20,50) y la distancia entre la columna de Hermes y el alminar (53,80).
9.-José Lamarque Novoa. Ilustraciones: E. Bermejo y T. Aramburu. Sueños de primavera. Leyendas. La fecha figura en el Prólogo de esta obra, escrito por Luis Montoto Rautastrauch.
10.-Se describe siguiendo el artículo de Antonio Prieto Granados: Años de 1920. Mis recueros. Revista de Feria 1992. Pg. 243-247.
El texto que figuraba en la lápida era el siguiente: "El domingo 14 de mayo de 1649 a las cuatro de la tarde, mataron en este sitio a un caballero. ¡Rueguén a Dios, nuestro Señor, por él!"; una fotografía de la placa con este texto se reproduce en el artículo "La Cruz de los caballeros", escrito por José María de Mena en la Revista de Feria de 1974. Pg 25-26.
La nube que pasa
en el cielo azul
El sol que calienta.
Un rayo, un nubarrón.
Las hojas del árbol
su sombra, su color
En la fuente el gato.
El vuelo del moscardón.
En la piel la brisa:
ahora frio, luego calor.
El olor a yerbabuena.
El pájaro con su canción
De la alegría a la pena:
la culpa con su dolor.
La ansiedad, la envidia.
la lucha la ambición
La mente que no para:
en movimiento sin control.
El aire que sale y entra.
El latido del corazón.
Tu presencia y la mía:
consciencia, compasión
DESPEDIDA DE LOS CLUB DE LECTURA DE LA BIBLIOTECA MUNICIPAL DE DOS HERMANAS
Si desea concertar esta visita que se realiza de forma gratuita: salvazanon@yahoo.es

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| Pomona y Vertumno. Francesco Melzi. 1518.1522. |
Cuenta el poeta Ovidio en su obra la "Metamorfosis" como se las ingenio Vertumno, el díos cambiante (como las estaciones y las plantas) para casarse con la esquiva diosa Ponoma:
Ninguna entre las latinas hamadriades (ninfas de los árboles) cultivó los jardines con mas habilidad que ésta, ni hubo otra mas dedicada a los frutos de los árboles; de ellos tiene el nombre. Ella no ama los bosques ni las corrientes, ama el campo y las ramas que tienen abundantes frutas. Y a su diestra no le pesa la jabalina (no era una diosa cazadora) sino la curva hoz, con la que unas veces reprime la exuberancia y detiene los ramajes que se extienden por doquier, otras veces, hendida la corteza injerta madera y ofrece jugos a un pupilo ajeno. Y no permite que sientan la sed y riega con agua corriente las curvas fibras de las bebedoras raíces. Esta es su pasión, esta es su dedicación; tampoco tiene ningún deseo de amor. Con todo, temiendo la violencia de los campesinos, cierra por dentro su vergeles e impide y evita el acceso de los hombres. Las divinidades menores, tano los sátiros, como los dioses Sileno, Pan y Priapo la quieren amar pera ella con habilidad los mantiene alejado. Vertumno, la cambienté divinidad etrusca, también la quiere conquistar, muchas veces convertido en segador la lleva espigas en un cesto y parece un autentico segador; a menudo llevando sus sienes ceñidas de heno recién cortado, parecía que había estado dando vueltas a la hierba recién segada, otras, con una hoz en la mano parecía un podador o un escardador de vides; otras con una escalera en al hombro pensarías que iba a coger fruta. Gracias a estos disfraces se procuraba acceso para lograr el goce de contemplar su belleza.
Una vez, ceñidas las sienes con una cofia, cogió un bastón, se puso las sienes canas y fingiendo ser una vieja penetro en los huertos cultivados y admirando los frutos dijo:¡Qué poderío! y dio a Ponoma unos cuantos besos, como nunca los hubiera dado una autentica anciana y se sentó encorvada en el suelo contemplando las ramas encorvadas por el peso del fruto. Había enfrente un olmo que sujetava una parra con sus resplandecientes uvas, dijó: "Pero si ese tronco se irguiera soltero, sin sus sarmientos no tendría nada, a no ser las hojas por lo que se le alavara; también esa vid, que maridada descansa en el olmo, si no estubiera casada yaceria tirada por tierra; a tí, sin embargo no te impresiona el ejemplo de este árbol, y evitas compartir tu lecho y no te cuidas de casarte; si eres lista, si quieres casarte bien y escuchar a esta vieja, que te amo más que todos ellos, más de lo que crees, rachaza una boda vulgar y elige a Vertumno como tu compalero de lecho". Alagando al Dios continua diciendo: "él no se enamora, como gran parte de tus pretendientes, de la última que ha visto, tú seras su primer y último amor y a ti únicamente consagrará sus años; añada que es joven, que tiene por naturaleza el don de la hermosura y se reviste perfectamente de toda clase de criaturas, se convertira para ti en lo que tu le ordenes











