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 Lo nuevo en cada instante.

La nube que pasa

en el cielo azul

El sol que calienta.

Un rayo, un nubarrón.


Las hojas del árbol

su sombra, su color

En la fuente el gato.

El vuelo del moscardón.


En la piel la brisa:

ahora frio, luego calor.

El olor a yerbabuena.

El pájaro con su canción



De la alegría a la pena:

la culpa con su dolor.

La ansiedad, la envidia.

la lucha la ambición


La mente que no para:

en movimiento sin control.

El aire que sale y entra.

El latido del corazón.


Tu presencia y la mía:

consciencia, compasión






El cementerio de las jacarandas

 

El cementerio de las jacarandas

    En la curva que describe la Av. de España, entre la gasolinera BP y el paso inferior del ferrocarril, hay un terreno baldío, donde han empezado a aparecer ejemplares mutilados de jacarandas rodeados de grandes pocillas de riego. Parece ser que la mayor parte de ellos provienen de la obra de construcción de la nueva rotonda, situada junto al antiguo parque de bomberos, en la Av. 28 de Febrero.

    El aspecto que ofrecen los ejemplares, en ese descampado, es realmente tétrico y desolador. Recuerda más a las “cruces” de un cementerio que a los árboles del proyecto de jardinería que (supongo) han debido concebir sus promotores. Troncos oscuros (característicos de esta especie), desmochados, apuntando al cielo, y, supongo que, “rogando” por terminar su “sufrimiento” lo antes posible. Nada más lejos del espacio verde al que parece estar destinado ese terreno, según el PGOU de Dos Hermanas.

Y digo bien, “sufrimiento”. Porque eso es lo que han padecido estos árboles. Y si no, sigamos la secuencia de operaciones que se han llevado a cabo sobre ellos, desde que fueron terciados (un eufemismo) en las aceras donde llevaban viviendo más de 20 años.

    Primeramente, los ejemplares fueron desmochados por encima de la primera cruz, dejando 2 o 3 cortas ramas, eliminando completamente la copa junto con todo el follaje. Y así quedaron como dos meses, sometidos a una fuerte insolación y temperaturas diurnas por encima de los 36ºC, alcanzándose los 40ºC (y algunos grados más) durante varias semanas.

    Sin las hojas, los árboles fueron privados de poder intercambiar oxígeno, anhídrido carbónico o vapor de agua con la atmósfera, y dejaron de respirar, transpirar y fotosintetizar. Asimismo, los cortes inferidos en las ramas dejaron al descubierto los tejidos vasculares por donde circula el agua y las sales minerales que obtiene por las raíces (xilema) y las sustancias elaboradas en las hojas que son distribuidas por todo el árbol (floema). Las altas temperaturas y la insolación directa produjeron la paulatina deshidratación del tronco y las raíces. A pesar de que aún conservaban las raíces (y los pelos absorbentes por donde efectivamente se produce la absorción de agua y minerales), ya no eran funcionales.

    Conforme avanzaron las obras, los ejemplares fueron “arrancados”, que no trasplantados. Se practicaron sendos hoyos alrededor de los troncos, cortando todas las raíces que sobresalían de los cepellones definidos, que conservaron algo de tierra, en el mejor de los casos.

    Y ya, por último, los ejemplares se transportaron y depositaron en hoyos que fueron rellenados con tierra que llaman “vegetal”(otro eufemismo), siendo posteriormente regados. Lo del riego tiene sentido para asentar la tierra, pero no para favorecer la implantación de los ejemplares en su nueva ubicación.

    En pocas palabras. Han convertido ejemplares de jacaranda de más de 20 años, con copas estructuradas, sanos y bien asentados en sus respectivos emplazamientos, que proporcionaban ornato con sus flores y sombra con sus copas, en simples troncos con dos o tres cortas y gruesas ramificaciones, en la parte apical. Árboles que han perdido los órganos para tomar el alimento en forma de sales minerales y gases, así como el agua; que han perdido gran parte de la savia que conservaban en su interior, tras permanecer a pleno sol y a temperaturas muy altas; que han perdido los órganos que transforman esos elementos minerales en sustancias orgánicas (azúcares, fitorreguladores, aminoácidos, vitaminas, etc.); que han perdido toda vitalidad para defenderse ante el ataque de hongos, insectos, bacterias, etc. Esos, ya no son ni serán los árboles que fueron.

    Si le hubieran hecho lo mismo a un animal, cosido la boca, tapado la nariz, quitado los órganos internos, expuesto al sol y dejado finalmente en un terreno baldío, ni tan siquiera se plantearían que pudiera sobrevivir después de haberle infringido actos tan brutales. ¡Y pretenden que lo hagan las jacarandas!

   Evidentemente, la biología de vegetales y animales es muy diferente. Y ello hace que, a pesar de ser sometido a las brutalidades descritas, una planta pueda llegar a sacar brotes que se interpretan como un signo de vida y recuperación. Pero no, nada más lejos de la realidad, ya que esos brotes no son más que los “estertores”: el último intento agónico de un vegetal (que ya no un árbol) por sobrevivir.

    Algunos dirán que todo este procedimiento de actuación sobre unos árboles que debían ser trasladados de sitio, no es más que un mero, y necesario, proceso transitorio para la recuperación de las jacarandas en otro emplazamiento. Y yo digo que, efectivamente: tránsito hacia la muerte.

¡Qué la tierra les sea leve!



Jesús J. Cuenca Rodríguez

Biólogo

Julio, 2022






DESPEDIDA DE LOS CLUB DE LECTURA DE LA BIBLIOTECA MUNICIPAL DE DOS HERMANAS

 


Después de todo un curso compartiendo lecturas, salidas culturales, cuentos y rutas literarias, desde la biblioteca se organizó una la última actividad  para los clubes de lectura antes de las vacaciones de verano.


Consistió en una ruta botánica-literaria por los jardines de la Alquería del Pilar, que fueron propiedad de los poetas A. Diaz y J. Lamarque. Estuvo conducida por  Salvador Zanón Bayón, autor del sitio web: https://sites.google.com/site/floralqueria/, gran conocedor  y defensor del valor cultural y botánico del parque.



Siguiendo un recorrido con 7 paradas descubrimos como eran los jardines cuando vivían sus propietarios y en que estilo jardinero se podían encuadrar (neoclásico, romántico). También intentamos descifrar los significados que encierran el diseño de los jardines y las pequeñas construcciones caprichosas que aun hoy se pueden observar.



En esta visita se mostraron unos jardines que además de decorativos son simbólicos. Un espacio verde con edificaciones caprichosas, que se construyó siguiendo las pautas usadas para diseñar otros pequeños jardines o "folies" de estilo romántico y neoclásico en la  Europa del finales del XVIII a finales del XIX


La cita fue el día 17 de Junio a las 20.00 h en la entrada del Auditorio Municipal Los del Río.


Si desea concertar esta visita que se realiza de forma gratuita: salvazanon@yahoo.es








Pomona y Vertumno. Francesco Melzi. 1518.1522.

POMONA Y VERTUMNO

Cuenta Ovidio en su obra la "Metamorfosis" como se las ingenio Vertumno, el díos cambiante, como las estaciones y las plantas, para casarse con la esquiva diosa Ponoma. Dice:

Ninguna entre las latinas hamadriades (ninfas de los árboles) cultivó los jardines con mas habilidad que ésta, ni hubo otra mas dedicada a los frutos de los árboles; de ellos tiene el nombre. Ella no ama los bosques ni las corrientes, ama el campo y las ramas que tienen abundantes frutas. Y a su diestra no le pesa la jabalina (no era una diosa cazadora) sino la curva hoz, con la que unas veces reprime la exuberancia y detiene los ramajes que se extienden por doquier, otras veces, hendida la corteza injerta madera y ofrece jugos a un pupilo ajeno. Y no permite que sientan la sed y riega con agua corriente las curvas fibras de las bebedoras raíces. Esta es su pasión, esta es su dedicación; tampoco tiene ningún deseo de amor. Con todo, temiendo la violencia de los campesinos, cierra por dentro su vergeles e impide y evita el acceso de los hombres. Las divinidades menores, tano los sátiros, como los dioses Sileno, Pan y Priapo la quieren amar pera ella con habilidad los mantiene alejado. Vertumno, la cambienté divinidad etrusca, también la quiere conquistar, muchas veces convertido en segador la lleva espigas en un cesto y parece un autentico segador; a menudo llevando sus sienes ceñidas de heno recién cortado, parecía que había estado dando vueltas a la hierba recién segada, otras, con una hoz en la mano parecía un podador o un escardador de vides; otras con una escalera en al hombro pensarías que iba a coger fruta. Gracias a estos disfraces se procuraba acceso para lograr el goce de contemplar su belleza.
Una vez, ceñidas las sienes con una cofia, cogió un bastón, se puso las sienes canas y fingiendo ser una vieja penetro en los huertos cultivados y admirando los frutos dijo:¡Qué poderío! y dio a Ponoma unos cuantos besos, como nunca los hubiera dado una autentica anciana y se sentó encorvada en el suelo contemplando las ramas encorvadas por el peso del fruto. Había enfrente un olmo que sujetava una parra con sus resplandecientes uvas, dijó: "Pero si ese tronco se irguiera soltero, sin sus sarmientos no tendría nada, a no ser las hojas por lo que se le alavara; también esa vid, que maridada descansa en el olmo, si no estubiera casada yaceria tirada por tierra; a tí, sin embargo no te impresiona el ejemplo de este árbol, y evitas compartir tu lecho y no te cuidas de casarte; si eres lista, si quieres casarte bien y escuchar a esta vieja, que te amo más que todos ellos, más de lo que crees, rachaza una boda vulgar y elige a Vertumno como tu compalero de lecho". Alagando al Dios continua diciendo: "él no se enamora, como gran parte de tus pretendientes, de la última que ha visto, tú seras su primer y último amor y a ti únicamente consagrará sus años; añada que es joven, que tiene por naturaleza el don de la hermosura y se reviste perfectamente de toda clase de criaturas, se convertira para ti en lo que tu le ordenes

Bonetero de Japón (Euonymus japonicus)



Bonetero de Japón (Euonymus japonicus)

Este Arbusto o pequeño arbolito de hoja perenne, originario del sur de Japón, posee hojas coriáceas, su forma va de avobada a elíptica y borde gruesamente aserrado, la lámina toma un tono verde oscuro brillante. Las flores, blanca y poco vistosas, nacen en ramilletes de las axilas de las hojas. El fruto es verdoso y redondeado; las semillas poseen un arillo anaranjado.  Florece de mayo a junio. Fructifica en Otoño.

Por su rápido crecimiento, y su tolerancia a la poda, se utiliza en jardinería para formar setos y en el arte de topiaria (formar figuras recortando setos). Son muy utilizadas las variedades de hojas variegadas. 

Es especie tóxica, que se ha utilizado en su zona de origen como especie medicinal. De su raíz se obtiene una especie de caucho o goma traslucida y no elástica que se ha utilizado como aislante eléctrico.

En el parque podemos encontrar varios ejemplares junto al palacete neo mudéjar, cerca del laberinto.



LOS EUCALIPTOS DEL PARQUE

 
Eucalipto colorado
En nuestros paseos por la Alquería del Pilar podemos encontrarnos con cuatro especies de este género de plantas originarias del norte de Australia y pertenecientes a la misma familia que el mirto: Eucalipto robusto (1 ejemplar), eucalipto de madera de hierro (2 ejemplares); de las especies de eucalipto azul y eucalipto colorado existen varios ejemplares.
Este grupo de plantas se caracteriza por tener los estambres de las flores protegidos por una cápsula, que es lo que significa el nombre latino del género (ecaliptus=bien oculto). Sus hojas  adultas son alargadas terminadas en punta y algo curvadas (falcadas). Se diferencian unas especies de otras por el aspecto del tronco.

Eucalipto azul
   Son árboles de gran porte, de rápido crecimiento cuando jóvenes y de largas raíces que pueden llegar a ser del mismo tamaño que el árbol, con las que se anclan fuertemente al suelo. 
Vive de forma natural en las orillas de ríos y arroyos, en zonas pantanosas y en cursos de aguas estacionales de zonas semiáridas. Prefiere suelos arenosos aluviales. 

   Las hojas e Eucaliptus globulus (eucalipto azul) se usan en medicina popular para tratar entre otros problemas de las vías respiratorias, ya que sus los aceites esenciales que contienen
poseen actividad antiinflamatoria, expectorante, antimicrobianas y antiseptica.
Eucalipto de madera de hierro
Por su rápido crecimiento estos árboles porporcinan abundante madera para fabricar papel, tambien se usa en construcción y para quemar.

De las ramas cuya madera ha sido vaciada por las termitas, los aborígenes originarios del norte de Australia fabrican un instrumento musical chamánico: el didgeridoo. Su sonido recuerda al del canto de los monjes tibetanos, es usado en celebraciones religiosas y en fiestas.

Para saber más sobre los eucaliptos del parque: Genero Eucaliptus

La Alquería en 1880

La Alqueria del Pilar en 1880


Antonia Díaz Fernández de LamarqueLos poetas tardo-románticos Antonia Díaz y José Lamarque1 crearon en Dos Hermanas un jardín, un paraíso en la tierra, un espacio mágico, como refugio donde desarrollar su vida personal y su actividad artística. Aquí se reunían con sus amigos, intelectuales y artistas sevillanos y extranjeros del último tercio del siglo XIX en animadas tertulias literarias. En este frondoso jardín, en torno a un evocador palacio de estilo neomudejar, situaron caprichosas y exóticas construcciones (un torreón almenado, grutas, ninféos, una montaña artificial con una pagoda, una ría navegable con puentes, faro, monóptero y cascada); además distribuyeron fuentes, estatúas de personajes mitológicos, esculturas de filósofos y poetas clásicos y bustos de descubridores hispanos. También edificaron un espacio para que anidaran los pájaros, un invernadero para plantas exóticas y un museo de Ciencias Naturales. El jardín se completaba con una zona boscosa de pino carrasco y lentisco al norte, un extenso huerto con cítricos al sur, y diferentes edificaciones para el servicio (cocheras y casa del guarda). A la entrada de la finca situaron un monumento del siglo XVII, recuperado por José Lamarque: “la Cruz de los Caballeros”.

En el presente artículo se recopilan diferentes textos de autores que conocieron la Alquería del Pilar, y que sorprendidos y admirados por su belleza, decidieron dejar por escrito la descripción de los jardines, y la impresión que estos provocaron en su espíritu. Los dos primeros textos son de sendos amigos y contertulios de los propietarios de la Alquería: José Cascales Muñoz y José de Velilla. El último es un extracto del texto que se publicó en la Revista de Feria del año 1988. Su autor, Antonio Prieto, era hijo de una niñera que trabajó con la familia Lamarque desde 1882. En este artículo es donde se describen los jardines y los edificios de la Alquería de forma más precisa.

José Cascales Muñoz (1866-1934) sociólogo, escritor, periodista e historiador de la generación del 98, describe así la Alquería del Pilar, residencia de Antonia Díaz Fernández de Lamarque:
"…una mansión tan deliciosa que sólo es comparable a uno de aquellos vergeles que los califas de damasco regalaban a sus vates favoritos. Cuando yo visité aquellos extensos jardines, en cuyo centro se levanta artístico palacio, me creía transportado a la Isla encantada, donde Armida detuvo enamorada al valiente Reinaldo, y seguramente les ocurrirá lo mismo a cuantos hayan leído la inmortal obra de Tasso y contemplen aquel sitio en el que la señora de Lamarque ha escrito sus mejores libros…” (seguir leyendo)
Reinaldo y Armida en el jardín 1742-45. Giovanni Battista Tiepolo. The Art Institute of Chicago





1.- Marta Palenque e Isabel Román. Datos biográficos de José Lamarque y Antonia Díaz . Los límites de la escritura femenina. Vida y obra de Antonia Díaz de Lamarque. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.  


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El arbusto de humo (Buddlejia madagascariensis)

Los numerosos y pequeños pelos que tienen sus hojas por el envés le dan a este arbusto, de largas inflorescencias amarillas o anaranjadas, un aspecto plateado, como de humo. En buenas condiciones de cultivo, sus numerosas ramas sarmentosas, pueden llegar hasta los ocho metros, siendo el tamaño normal de esta especie de dos a cuatro metros de altura.


Las fragantes flores del “arbusto de las mariposas” producen frutos que son del gusto de las aves, que se encargan de dispersar sus pequeñas semillas. Esta circunstancia convierte a Buddlejia madagascariensis en una especie invasora en zonas con clima tropical o subtropical, que es el de su isla de origen: Madagascar.


En el parque hay un ejemplar que podemos ver en floración de finales de invierno a principios de primavera. Está situado en la parte alta de un pequeño terraplén, en una pradera que hay entre las puerta principal que de la calle 28 de febrero y la casa neomudejar “Alquería del Pilar”.




LA FIBROSA MORERA DE PAPEL


Broussonetia papyrifera es muy sensible a la poda y al vandalismo, desarrolla una copa redondeada que da una agradable sombra si se deja que crezca con su porte natural. En los parques y jardines se situa de forma aislada, formando grupos o en alineaciones. No se debe plantar en vías urbanas ya que sus superficiales raíces pueden levantar el acerado.
Especie de hasta 10 (12) metros de altura de corteza grisácea y raíces superficiales de las que surgen numerosos brotes. Hojas simples, alternas y caducas que toman diferentes formas: cuando jóvenes son profundamente lobuladas y de adultas son ovadas, aserradas y terminadas en punta, el envés es pubescente lo que les confiere un aspecto blanquecino. Las flores, que son unisexuales, nacen en diferentes ejemplares, las masculinas son espigas colgantes (amentos) y las femeninas son vellosas, de forma globular y de color azulado.
Es una especie muy resistente que cuando ya se ha establecido soporta temperaturas de hasta -5ºC y periodos de sequía. Se adapta a todo tipo de suelos, pero prefiere los calizos y bien drenados. Es sensible a las podas, ya que la corteza tiende a resquebrajarse, lo que produce en los troncos de los ejemplares mal podados numerosos bultos y heridas longitudinales de difícil cicatrización. Es especie invasora que se reproduce fácilmente por semillas y brotes de raíz.

La fibrosa corteza de este árbol se usa en su zona de origen (Japón, Corea y China) para elaborar una clase de papel de gran calidad y de múltiples
aplicaciones que recibe el nombre de hanji. Manufacturan con este material desde paneles traslucidos para poner en puertas y ventanas hasta ropa de cama y de vestir pasando por pequeños muebles, adornos, cuerdas etc.

En Indonesia, donde es especie introducida, se fabrica con su fibra de forma artesanal un tipo de tejido llamado tapa o masi, con el que se
confeccionan ropas y tapices para fiestas y ceremonias, también es objeto de intercambio como regalo para las grandes ocasiones (ver la leyenda de Tokelau Maetonga).

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LA IDENTIFICACIÓN DEL PINSAPO (Abies pinsapo Boiss.) PARA LA CIENCIA



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Año 1837. Los farmacéuticos malagueñosHaenseler y Pablo Prolongo muestran sus herbarios a un amigo: el botánico ginebrino Edmond Boissier. Este observa con sorpresa unas ramas aciculadas recogidas en las meridionales sierras de Málaga, la disposición de las hojas sobre las ramas le recuerdan a las de un abeto… pero le produce extrañeza la presencia de un árbol de este género tan al sur. El botánico acompañado de sus amigos malagueños parte para la Sierra de las Nieves en el otoño de ese mismo año.
Edmond Boissier relata vivamente, en su libro “Voyaje Botanique dans le midi d’Espgane”* la emoción de reconocer e identificar una nueva especie:
“…muy cerca de allí, el guía nos enseño desde lejos el primer pinsapo; dando gritos de alegría corrimos llenos de emoción, pero por desgracia el árbol no llevaba ningún fruto, un segundo, un tercero me dieron sucesivas falsas esperanzas, al fin tuve bastante suerte y vi uno cuyas ramas superiores estaban cargadas de conos erguidos. Nos apresuramos a trepar para recogerlos y ya no quedaron dudas sobre el género de este árbol singular. Era ciertamente un Abies, próximo a nuestro abeto común…”.
El hallazgo para la botánica del pinsapo (Abies pinsapo), fue divulgado por primera vez en febrero de 1838 (Notice sur l´Abies pinsapo. Tiré de la Bibliothèque Universelle de Genève).

* ”Viaje Botánico al Sur de España durante el año 1.837". Charles Edmond Boissier.Traducción Francoise Clementi. Edita Fundación Caja de Granada. Universidad de Málaga. 1.995.


¿KURRAJONG SI O KURRAJONG NO?


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¡Kurrajong!, este sonoro nombre es el que recibe en su zona de origen el brachichito (Brachychiton populneus) tan abundante en nuestras calles y parques. En el este de Australia es especie muy aprovechada y útil: proporciona densa sombra para el caminante, polen y néctar para las abejas, forraje para el ganado en época de sequía, madera para muebles baratos, fibras para hacer cuerdas, sus semillas y raíces son comestibles.
El brachichito llega alcanzar los 10-12(20) metros de altura, sus hojas perennes, simples y alternas, tienen formas variadas, unas ovado-elípticas y otras lobuladas. Los frutos pende de un largo pedúnculo y presentan forma de barco acabado en punta, cuando maduran son negros y se abren longitudinalmente por la parte ventral, permaneciendo en las ramas hasta la siguiente floración. Los frutos leñosos encierran varias semillas amarillas cubiertas por finos pelos que pueden cuasar urticaria.
Este árbol se adapta a cualquier tipo de suelo siempre que no sea salino y esté bien drenado, aguanta las heladas débiles, gracias a que almacena gran cantidad de líquido en su raíz tuberosa, soporta bien la sequía. Es fácil de reproducir y su tronco, difícil de descortezar, resiste el vandalismo. Estos motivos hacen que sea de los árboles más usados en jardinería urbana en el Levante y en el sur de la Península desde hace 30 años.
Quizás el exceso en el número de ejemplares plantados en el viario de las ciudades y en los parques en tan poco tiempo, sea por lo que se ha convertido, injustamente, en una de las especies más denostadas por los diseñadores de jardines.

UNA ENREDADERA ESPECTACULAR.

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Bougainvillea spectabilis es una muy notable enredadera, como su epíteto señala, que trepa aferrándose a otras plantas y a las paredes por medio de sus largas ramas armadas con fuertes espinas. La profusa floración se produce de primavera a otoño en los climas cálidos tiñendo sus brácteas florales las paredes donde se apoyan de tonos rosas, rojos o púrpuras, según la variedad de buganvilla que se cultive.
Se utiliza en jardinería para naturalizar paredes, como elemento verde vertical, para enmarcar rejas, cubrir pérgolas, emparrados o cenadores, como seto informal o recortado y como planta rastrera para cubrir terraplenes. Soporta bien la poda, y se adapta a todo tipo de suelos mientras no estén encharcados; aguanta fríos hasta -3ºC, pero en estos casos pierde la hoja. Cuando la planta es joven conviene proteger las raíces con un acolchado pues corre el riesgo de helarse.
En medicina tradicional se ha usado la infusión de sus hojas como antidiarreico, antiinflamatorio y para reducir la acidez de estómago. En Brasil, de donde es originaria, se sitúa a la entrada de las casas como símbolo de espera. En nuestro parque podemos disfrutar de unos vistosos ejemplares en el auditorio. Están situados junto a las paredes de la cantera.

UNA MOSCA ATRAPADA EN EL CANDIL ANDALUZ (Aristolochia baetica)


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Esta peculiar trepadora es de base leñosa y tallos herbáceos, hojas con forma de corazón y llamatívas flores con el limbo de color púrpura, la corola es un tubo curvado con forma de “S”, en su interior tiene numerosos pelos rígidos e inclinados hacia dentro. En la flor hermafrodita de Aristolochia baetica la maduración del aparato sexual femenino se produce antes que la del aparato masculino.
El olor fétido que desprende atrae a las moscas, éstas descienden por el resbaladizo tubo hasta el interior de la flor y los pelos rígidos que hacen de barrera las impiden salir. Los insectos se mueven excitados dentro de la corola, si han visitado otra flor de esta especie van cargadas de polen y éste se deposita en el estigma de la flor fecundando el gineceo.
Mientras se forma la semilla el aparato sexual masculino se empieza a desarrollar, el polen se desprende de los estambres y se adhiere al cuerpo de la mosca que sigue desesperada intentando la huida, a partir de este momento los pelos rígidos se vuelven flácidos, entonces la mosca ya puede escapar cargada de polen y preparada para fecundar otra flor.



EL ÁRBOL DEL AZÚCAR


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Ya está cayendo la helada; han acabado, con mucho esfuerzo, de recoger el jugo azucarado para llevarlo al campamento, y antes de iniciar el regreso le dan un buen trago. Desde el bosque se ve el resplandor del fuego que evapora el agua de arce y asa la caza que han traído los hombres de la tribu, aligeran el paso, no quieren que les coja la noche por el camino.
A ellas no les gustaba ir a recoger el agua dulce de estos árboles, porque su sabor no era tan rico como el de los arces que tienen la hoja parecida a la palma de la mano, Manabush les enseñó a distinguirlos de los otros, son los únicos que tienen entre 3 y 5 hojuelas con profundas muescas a lo largo de un eje de tono rojizo y las ramillas verdes muestran los nudos muy marcados, los frutos son dobles y alados, los ejemplares más maduros no son muy altos y su corteza va variando de tono con la edad, de un gris claro a otro más oscuro.
Las jóvenes indias con su pesada y dulce carga van deprisa atravesando la selva, aunque les parece sentir pisadas a su esplada, no vuelven la vista y para espantar demonios y fieras cuentan a gritos las leyendas de Manabush y Nakomis; por fin, fatigadas, llegan al campamento y se sientan para descansar. Mañana no dejarán que les caiga la noche encima.